¿Qué es la Guerra de Depósitos?

Soy un entusiasta del Arte de la Guerra y otros manuales de estrategia militar y admito que en ninguno de ellos he leído mención alguna a una Guerra de Depósitos. O bien es un tipo de conflicto militar muy reciente o bien no es un conflicto militar.

Evidentemente la guerra de depósitos no es ninguna guerra, es un término perodístico utilizado para referirse a una realidad financiera que se ha estado produciendo en los últimos tiempos. Una competencia encarnizada por captar pasivo (dinero de ahorradores) mediante remuneraciones de los plazos fijos o IPFs (Imposiciones a Plazo Fijo) a tipos muy elevados.

En la cuenta de pérdidas y ganancias de las sucursales se suele considerar que el coste de obtener dinero, para el banco, es el euribor. La razón de esta consideración contable parte de que el mercado interbancario es donde las entidades financieras se prestan dinero entre ellas, para después financiar a sus clientes y obtener un beneficio de la diferencia. Y el euribor es el precio de mercado del dinero.

En base a ello, el «beneficio» del banco en el caso de una hipoteca se obtendría de la siguiente manera, simplificando:

Si el tipo de interés variable es de euribor + 1, al ser el coste del dinero el euribor, el beneficio sería este punto del diferencial (menos los gastos de funcionamiento del banco correspondientes).

Por tanto, si una entidad financiera remunera sus depósitos (pasivo) por encima de su coste teórico (el euribor), está vendiendo en pérdidas, en principio.

¿Cuáles son las razones de que una entidad financiera «venda» el dinero por debajo de su precio de coste? Veamos algunas posibilidades:

  1. Luchar o defenderse. El Banco de Santader inició la guerra de remuneración del pasivo para captar dinero de la competencia. Muchas otras entidades han iniciado esta guerra fraticida simplemente para defenderse de la fuga de dinero de sus oficinas.
  2. Conseguir liquidez para devolver sus propias deudas al mercado mayorista. Un gran problema que tienen las entidades financieras nacionales es que en los momentos de euforia crediticia los préstamos eran superiores a los ahorros depositados en sus cajas, por lo que acudían a financiarse fuera, a los mayoristas extranjeros. Y ahora toca devolver esa deuda.
  3. «Disparar con pólvora del rey«. Entidades nacionales que han recibido dinero del FROB o extranjeras que obtenido dinero público, de los contribuyentes, disparan con pólvora del rey. Es una forma de decir que sus armas las paga otro que tiene mucha capacidad, con lo que se puede disparar a discreción. No parece muy justo que el dinero de todos se utilice para remunerar a extratipos a algunos, los ahorradores de esas entidades.

Si el primer motivo podemos considerarlo sana competencia y el segundo una prueba de la fragilidad del sistema financiero, el tercero es inaceptable.

Para tratar de poner fin a la guerra, el Gobierno ha dictado un Real Decreto que penaliza a las entidades que ofrezcan altas rentabilidades con una aportación del 500% al Fondo de Garantía de Depósitos.

La idea es que al asumir más riesgo con remuneraciones por encima del coste, las entidades deben depositar más dinero en el FGD, como respaldo al incremento de riesgo que aportan al sistema financiero en su conjunto. La idea no es mala, siempre que no sea un argumento para desincentivar la competencia en el mercado del ahorro.

Pau A. Monserrat

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