En 2025 los depósitos a largo plazo han perdido gran parte de su atractivo. Aunque algunos bancos aún publicitan TAE cercanas al 3 %, la realidad es que ese rendimiento no siempre compensa tener tu dinero bloqueado durante años. Si te surge un imprevisto o aparece una inversión más interesante, recuperar ese capital será complicado o directamente imposible sin asumir penalizaciones.
Rentabilidad frente a falta de flexibilidad
Durante los últimos meses, los depósitos a 2, 5 o 10 años han ido ajustando su rentabilidad. Hoy es habitual ver ofertas en torno al 2,5 % o 2,8 % TAE, incluso en plataformas que comparan productos europeos. Pueden parecer cifras atractivas a primera vista, pero hay que ponerlas en contexto: mantener tu dinero inmovilizado tanto tiempo significa renunciar a liquidez y a la capacidad de reaccionar ante cualquier cambio económico.
Si miramos los depósitos más cortos, la diferencia de rentabilidad ya no es tan grande. Elegir un producto de un año o incluso de seis meses permite mantener el control de tus ahorros, y en muchos casos solo sacrificas unas décimas de interés. Por eso, hoy bloquear el dinero diez años para ganar un 0,3 % extra resulta cada vez menos razonable.
Estrategias para no perder con tus ahorros
El entorno actual de tipos más bajos ha cambiado las reglas. El ahorro conservador ya no puede limitarse a dejar el dinero quieto esperando intereses altos. Muchos ahorradores se están planteando combinar productos para no quedar atrapados. Por ejemplo:
Mantener una parte en depósitos a corto plazo para emergencias
Reservar otra parte para opciones con más potencial, como fondos conservadores
Esta sencilla estrategia evita el problema de la inmovilización total, a la vez que te permite aprovechar oportunidades sin renunciar del todo a la seguridad. Además, con la inflación en niveles contenidos, arriesgar a perder liquidez por tan poca rentabilidad deja de tener sentido.
Los depósitos a largo plazo tuvieron su momento cuando los intereses superaban con claridad la inflación y ofrecían un colchón cómodo. Hoy la realidad es diferente: el dinero bloqueado pierde valor si aparece una oferta mejor, y ya no actúa como refugio frente a los precios. En definitiva, lo que antes era una decisión segura ahora exige hacer números fríos y pensar en la flexibilidad antes que en unas décimas de TAE.