Qué es y por qué necesitas un fondo de emergencia (y cómo hacerlo)

En muchas ocasiones cuando analizamos opiniones de usuarios sobre productos de ahorro como los depósitos, o productos de inversión, nos sorprende que para muchas personas el dinero que utilizan para esas operaciones de ahorro o inversión es la mayor parte del capital del que disponen ahorrado. Esto, incluso en el caso de productos garantizados como los depósitos, puede ser un error grave.

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Una de las claves de la planificación de las finanzas personales pasa por lo que se denomina fondo de emergencia. No estamos ante una figura nueva, de hecho, nuestras abuelas podrían enseñarnos mucho al respecto. Básicamente, se trata de crear un colchón económico que nos permita sobrellevar una situación inesperada.

Qué es y por qué necesitas un fondo de emergencia

En esencia un fondo de emergencia es una cantidad de dinero que no vamos a arriesgar ni a colocar en ningún producto no líquido. Es decir, un depósito bancario a un año o penalización por retirada no sería una opción para colocar un fondo de emergencia.

Este fondo de emergencia debe cubrir no sólo imprevistos sino ser capaz de sostener nuestras finanzas personales ante una eventualidad como la falta de ingresos durante un periodo de tiempo.

Aunque no todo el mundo se pone de acuerdo al respecto, en general un fondo de emergencia mínimo debe cubrir al menos tres meses completos de gasto global habitual. Es decir, si nuestros gastos mensuales son de 1500 €, nuestro fondo de emergencia debe ser como mínimo de 4500 €. En cualquier caso, un fondo de emergencia consolidado realmente será superior y se colocará en torno a seis meses completos de gasto global mensual del ahorrador.

Cada vez que se utilice este fondo por un imprevisto, automáticamente el objetivo debe ser volver a reponer la cantidad utilizada.

La tranquilidad que proporciona saber que dispones de una cantidad de dinero que puede respaldarte durante seis meses sin ingresos es sin duda el mejor motivo para este tipo de herramienta. Pero, a la vez, es fundamental desde el punto de vista del ahorro ya que empuja al hábito de ahorrar, algo básico para quien en el futuro que invertir.

Cómo hacer un fondo de emergencia

En la carrera por sanear las finanzas personales el primer paso debe ser, siempre, equilibrar o eliminar las deudas. Pero, incluso mientras se están equilibrando o salvando las deudas, ya hay que ir construyendo el fondo de emergencia. Para ello, siempre destinaremos una parte de nuestros ingresos al ahorro. Da igual el porcentaje mientras estamos en pleno proceso de gestión de deuda, pero, poco a poco debe ir aumentándose hasta configurar el fondo de emergencia deseado.

Si no tenemos deudas, pero tampoco un fondo de emergencia creado, todo el ahorro inicial debe ir destinado a crear ese fondo de emergencia. Una opción, sobre todo para personas con menos gastos u obligaciones familiares, puede ser constituir un fondo mínimo (tres meses de gastos) para, posteriormente dedicar parte del ahorro la inversión, pero, con el objetivo de retomar en algún momento el aumento y la consolidación del fondo hasta los seis meses de gastos cubiertos.

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